El sol estaba a minutos de ocultarse y sus rayos luchaban una batalla perdida contra las sombras de la noche, James Potter se relajaba en su despacho con una copa de vino tinto y jugando con una vieja snitch, a pesar de nunca haber aceptado las ofertas de varios equipos sus reflejos seguían siendo excelentes, quizás si no hubiese… un picoteo en la ventana lo saco de sus pensamientos y pudo ver la lechuza recortada contra la luz de las primeras farolas que se encendían en el Valle de Godric, abrió la ventana y su clásica sonrisa fácil se dibujo en su rostro al reconocer la lechuza.
-Gracias Selene- ofreció a la lechuza uno de los canapés que estaba comiendo y retiro el rollito de pergamino leyendo rápidamente el mensaje.
Fuimos a la montaña.
Anochecía cuando regresamos.
Caían gruesas gotas de lluvia.
Todos corrimos a la cabaña
Oíamos el rugido del viento.
Rogamos que la tempestad pasase pronto.
Gracias dimos cuando termino.
Nos identificamos para ver si estábamos todos:
Susan, Gustav, Gabriel, Gary, Rose y Reese si, pero Helen no estaba.
Nos reunimos ante las llamas a llorar su perdida
James río, la nota le traía un montón de buenos recuerdos, caminó hasta su escritorio y dio un toquecito con la varita al pergamino mientras repetía:
“Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas”
Las letras sufrieron un cambio y las iniciales además de unas cuantas palabras empezaron a cambiar su color y a reordenarse.
Fuimos a la montaña.
Anochecía cuando regresamos.
Caían gruesas gotas de lluvia.
Todos corrimos a la cabaña
Oíamos el rugido del viento.
Rogamos que la tempestad pasase pronto.
Gracias dimos cuando termino.
Nos identificamos para ver si estábamos todos:
Susan, Gustav, Gabriel, Gary, Rose y Reese si pero Helen no estaba.
Nos reunimos ante las llamas a llorar su perdida
Al final el texto se quedo quieto y James pudo leer el párrafo:
“Factor G identificado S, G, G, G, R, R, H No. Llamaré”
-Bravo lunático, siempre fuiste el mejor en esto- dijo James, mas que nada pensando en voz alta -Así que tres Gryffindor, dos Ravenclaw y un Slytherin, lástima que la lealtad de los Hufflepuff no se haya manifestado en nuestro favor, en fin es tiempo de actuar. Tomo su capa del perchero y salió.
***
-Es increíble la cantidad de cosas que puede uno desconocer de los muggles cuando no se esta acostumbrado a vivir con ellos,-el profesor Ryddle se dirigía a la clase con el montón de pergaminos delante de sus ojos- por ejemplo, los muggles no usan las escobas para barrer porque sean malos para el quiditch.- Las orejas de Ron se pusieron rojas.
-Y mucho menos los muggles son “nuestros criados naturales” “tontos” o “semihumanos” -el rostro del chico rubio de Slytherin se regodeaba en una sonrisa satisfecha como si estuviesen anunciando que había ganado su propia orden de Merlín.
El maestro retiro sus lentes con aspecto cansado dándose tiempo para volver a dirigirse a sus alumnos.
-El hecho es que los muggles tienen muchas desventajas respecto a nosotros y en los últimos tiempos esas diferencias se han acentuado drásticamente, todos los antiguos profesionistas muggles han sido remplazados por magos, las antiguas fuerzas del orden, policías, ejércitos y demás fueron remplazados por los aurores de los diferentes gobiernos mágicos, los medios de comunicación no son lo mismo, no pueden competir con magos que pueden aparecerse en instantes en el lugar donde ocurren los hechos que son noticia equipados con chivatoscopios de radar amplio y con fotógrafos mágicos que ofrecen una perspectiva dinámica en su noticia y no solamente una simple fotografía, además después que las radiocomunicaciones pasasen a manos de los gobiernos mágicos muchos de los empleos que anteriormente se ocupaban por muggles lo cubrieron los magos, y si tenemos en cuenta que un mago medianamente entrenado puede hacer el trabajo de dos o tres muggles pues la situación se agrava.
-¿Por qué? ¿Que no hace eso que los muggles se esfuercen mas y se preparen mejor? – se aventuró a preguntar Harry.
-Mmmh, veamos, eso es discutible- dijo el profesor Ryddle aparentemente contento de que los alumnos participaran.
-Desde el inicio la competencia no es justa, primero por la obvia razón que la magia conlleva, segundo para un muggle existen reglas y limitaciones que no hay para un mago y tercero nadie en sus cabales pagaría tres sueldos en vez de pagar uno, usemos un ejemplo, en mis viejos tiempos de medí mago antes de retirarme cuando aun no se abatía el estatuto de secreto solía ver dos o tres pacientes en San Mungo, cuando el estatuto se abolió las consultas aumentaban por docenas, toda la gente quería remedios mágicos, por lógica los precios de los tratamientos empezaron a aumentar, muchos gastaron sus fortunas muggles en pagar su salud, cambiaban su dinero muggle por dinero mágico, los duendes- el maestro hizo un mohín de disgusto- fueron subiendo el tipo de cambio y apropiándose de fortunas enteras, cuando estos muggles regresaron sanos no encontraron economía para levantarse de nuevo por que todas las empresas solicitaban ayudantes mágicos y el resto es historia conocida, ahora un muggle se puede considerar afortunado si tiene un trabajo remunerado que no le absorba mas de la mitad del día.
El profesor Ryddle se levanto y empezó a caminar en de un lado a otro del aula de clases mientras su rostro adquiría lo que cualquiera llamaría “apasionamiento” por el tema.
-Esto con el paso de los años nos ha llevado a un círculo vicioso, la educación ahora no es primordial para un muggle, nadie quiere estudiar veinte años de su vida para terminar cargando bultos en los muelles, barriendo calles o siguiendo las ordenes de un elfo domestico en casa de algún mago, lo que hace que el índice de cultura muggle haya caído bastante, los científicos muggles son una especie en peligro de extinción, su tecnología es obsoleta ante la magia y aquellos afortunados que aun tiene vestigios de alguna fortuna propiedad de sus antepasados, solo necesitan esperar algunas generaciones para estar en la misma situación.
-Suena como si los muggles no tuviesen futuro- opinó Ron con preocupación reflejada en su rostro.
-Así parece y ni siquiera hemos empezado el curso- agrego con una media sonrisa triste el profesor Ryddle.
–Existen un sinfín de cuestiones que debemos analizar para notar el impacto que ha sufrido la población muggle, su religión, sus costumbres, su cultura, deportes, relaciones interpersonales, aumento en la criminalidad, etcétera, etcétera, etcétera y lo que nos corresponde, la responsabilidad que debemos asumir ante ellos por los dones que nos fueron dados.- concluyó el profesor con un suspiro y agachando la cabeza.
-Pero me parece que por hoy ha sido suficiente, quiero por favor que lleven a cabo los ejercicios comprendidos de la pagina dos a la ocho, son una serie de actividades que deberán medir en tiempo y dificultad haciéndolo con magia y al estilo muggle, quiero todo en un resumen para nuestra próxima clase del miércoles, pueden retirarse.
La clase se levantó para dirigirse a sus salas comunes, Hermione se retrasó unos segundos respecto al resto y no sin cierta timidez se dirigió al profesor.
-Se…ñor, este, profesor Ryddle.
-Si señorita…
-Granger, profesor.
-Bien señorita Granger ¿en que puedo ayudarla?
-Sobre la clase de hoy, todo lo que dijo acerca de los muggles, yo…
-Déjame adivinar, hija de muggles ¿verdad?
-Si.
-No hay de que preocuparse querida, tu eres una bruja, y me imagino que no piensas abandonar a tus padres cuando salgas de aquí ¿cierto?
-Por supuesto que no señor- contesto de manera determinante Hermione.
-Buena chica, ahí tienes tu solución, solo es cuestión de tiempo, de hecho esa es la única solución en el horizonte, que los muggles y los magos estén tan relacionados unos con otros que los nuevos jefes de las familias sean aquellos que tienen alguna propiedad mágica, descuida, todo saldrá bien.
-Gracias profesor- la sonrisa de Hermione se veía ahora relajada.
-Anda, creo que ya es hora de la comida y los jóvenes deben alimentarse bien.
Hermione se dirigió al comedor con la esperanza renovándose dentro de ella.
Ryddle subió las escaleras hacia su despacho aun le quedaba una hora antes de su siguiente clase y se reclino en su silla mirando hacia el exterior, los rayos del sol adquirían tonos rojizos al atravesar el vitral reflejándose en sus ojos, sonrió mientras murmuraba.
-Estúpida niña.