Triste.
Era la única forma de describir la vida en ese lugar, esos meses confinada sin sus padres parecían haber sido eternos.
No había malos tratos de hecho los trataban con bastante amabilidad, la comida era muy buena, a veces estupenda, pero era difícil dejar de asimilar el lugar como una cárcel.
Tenían horarios para todo, para comer, para dormir, para estudiar, era una suerte que hubiese una gran cantidad de libros acerca de la magia, de historia, de ingredientes para pociones, incluso algunos con hechizos básicos, los cuales no podían probarse en mayor medida por la ausencia de una varita, aunque aun no había preguntado si estaba permitido hacerlo, sin embargo, esperaba que eso cambiara a partir del día siguiente que irían a surtir todos sus materiales incluida la tan ansiada varita.
Había pasado ya cerca de un año desde que había sido separada de sus padres y no le había sido permitido ningún tipo de comunicación, salvo la visita de uno de los hombres que la habían traído, el cual le aseguró que sus padres se encontraban en perfectas condiciones y que el Sr. Granger estaba completamente recuperado del “incidente” Hermione no tenia ni la menor idea de cómo estaban sus padres.
Poco había hecho de amistades en ese lugar, a pesar que todas las reclutas eran de origen muggle el ambiente no era el más propicio para socializar, la excepción era Janice, una niña originaria de Kent, compañera de cuarto con la que había platicado durante horas después de que apagaran las luces del tema que dominaba todas o la mayoría de las pláticas en ese lugar, el primer chispazo de magia y como se habían dado cuenta de que eran brujas.
Hermione había escondido su primer estallido de magia de sus padres, en gran parte por que significaría su exclusión de su escuela y en segundo grado porque ninguno de sus compañeros parecía haberse dado cuenta que ella era la responsable que la larga, rubia y perfecta cabellera de Miranda Brights desapareciera por completo justo después de unos comentarios poco halagadores hacia su encrespado cabello.
No pasó lo mismo en cambio con sus maestros, informada por el enjambre recurrente alrededor de Miranda, la maestra pudo deducir perfectamente lo que había sucedido y cinco minutos después la niña caminaba a su lado con rumbo a la dirección donde era seguro que una reprimenda le esperaba como mínimo.
Sola ahí, sentada afuera de la oficina de la dirección, esperando su castigo, se le ponía la vista borrosa y los ojos llorosos, le temblaban las piernas y le era casi imposible contener las ganas de echar un vistazo a la puerta cada dos segundos esperando que saliera alguien a dictarle sentencia. Sin embargo el tiempo pasó y nadie salía, faltando cinco minutos para el timbrazo final de las clases la puerta se abrió, la niña se rodeo a si misma con sus brazos y casi cerro los ojos, pero inmediatamente los abrió como platos al ver salir de la dirección a un anciano alto, vestido con una túnica blanca como la nieve y con una barba tan larga que hubiese podido sujetarse con el cinturón, el hombre le dirigió una mirada escrutadora, pero inmediatamente se relajó y le dedico a la niña una amplia sonrisa, para después colocar su dedo índice sobre su boca en un gesto universal. “Guarda silencio”.
Su maestra salia por la misma puerta en ese momento distrayéndola por un segundo, así que cuando giró de nuevo su cabeza el anciano ya no se encontraba allí.
-Bien, Srita. Granger, es un placer informarle que la directora esta encantada con el resultado de su examen y me ha prometido que esta semana estará en el cuadro de honor en la asamblea del lunes.
¿Examen? No habían tenido un examen desde hace dos semanas y ¿Qué había pasado con su castigo? Seguía pensando en ello cuando llegaron a su salón y dio un brinco involuntariamente al ver la larga, rubia y perfecta cabellera de Miranda en su lugar mas aun el hecho de que todos los alumnos tenían sobre su banca exámenes idénticos al “suyo” que la maestra tenia en sus manos, y nadie parecía recordar el incidente del cabello.
-¿Te pasa algo linda? Pregunto su maestra al notar el sobresalto.
Estuvo a punto de preguntar pero a su mente vino nítida la imagen de aquel anciano, ¿había sido una mirada de complicidad? Y la señal volvió a manifestarse claramente, “No digas nada”.
-No, nada. –dijo tratando de parecer natural, repitió la misma respuesta a su madre quince minutos después a bordo del coche rumbo a su casa.
Las respiraciones pausadas y el silencio de Janice en su cama le indicaban que el sueño la había vencido y ella misma no estaba segura si las últimas escenas de su recuerdo las había dicho o habían sido solo parte de un sueño bastante rico en detalles.
Decidió que no tenía importancia, mañana seria un día importante, tendría su varita y un par de hechizos que había aprendido con la ayuda de los libros que había leído serian suficientes para salir furtivamente por la noche y volver con sus padres, se acomodó entre las mullidas sábanas y pensando en ellos se quedo dormida.
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Fue el primero en bajar del coche apenas este se detuvo, el pequeño corrió los últimos diez metros que separaban el camino de la entrada a la antigua finca, el paisaje era agreste y el aire se respiraba fresco y húmedo en esas primeras horas de la mañana, en un santiamén dejo su equipaje en la habitación correspondiente, la primera a la derecha subiendo las escaleras.
Le gustaba mucho esa habitación, la ventana daba hacia un jardín lleno de naranjos y unos arriates funcionaban perfectos como escaleras y ese era el principal encanto de aquella habitación, lo único que hacia soportable las vacaciones en aquel lugar en medio de la nada, lejos del televisor y sus amigos.
Por la noche descendería por los arriates y se encaminaría al interior del bosque justo entre la banca y la fuente, pronunciaría las palabras mágicas y podría despertar a su amigo.
El y Hugo jugarían toda la noche.
He leído todos los capítulos, y me gusto mucho la historia, lo único que no entendí, o por lo menos no le encontré ninguna relación a la historia es a la ultimo parte de este capitulo, pero creo que el significado se lo darás con el tiempo, eso si, ¿guarda alguna relación con la película que nombraste como tu favorita?
Por cierto, no se si sabias de la remake.. http://www.tvyespectaculos.com/2009/04/17/estreno-de-la-pelicula-el-libro-de-piedra/
saludos desde Argentina!
Si y si.
El ultimo parrafo es un preambulo de lo que se viene mas adelante, originalmente pensaba en dedicarle un un capitulo a esta parte de la historia pero me parecio mejor ir colocando «adelantos» paralelamente a la historia central.
El remake no fue lo que esperaba, tanto que ni siquiera me parecio digno de mencionarlo.
Saludos y gracias por comentar.